sábado, 26 de mayo de 2012

Juan 21:20-25

Este evangelio tiene muchas posibilidades de interpretación. Por un lado, sigue al episodio de cuando Pedro tiene que decirle tres veces al Maestro que lo ama, para finalmente admitir que Jesús es Dios y que lo sabe todo. Por otro lado, se cuestiona lo que pasará con Juan después de que Jesús se haya ido. De alguna manera, ambos episodios tienen que ver con la autoridad de Pedro. Jesús le ha encomendado a Pedro el cuidado de las ovejas después de haber borrado sus tres negaciones. Pedro ha de velar por las ovejas de Jesús, y actuar como el mismo Maestro lo ha hecho cuando estuvo sobre la tierra: con amor de Padre y Madre; como el mejor modelo posible, el mismo Dios.

No obstante, a la pregunta de Pedro, de qué pasaría con Juan, Jesús responde: "Si yo quiero que permanezca hasta mi vuelta, ¿a ti que te importa?" (v.22). Lo que significa que en última instancia, Pedro no tiene autoridad para decidir el destino de ninguna de ellas (Comentario bíblico internacional, p. 1368).

En el versículo 23 se habla de un rumor que se ha corrido de que el discípulo amado no moriría hasta que Jesús volviera. La voz narrativa aclara que Él no dijo eso, sino que lo pone como una especie de conjetura. Luego se ve que el narrador habla de que quien ha dicho todo en este evangelio es un testigo presencial de los hechos y las palabras de Jesús. Habla en tercera persona, como siempre lo hace en todo el relato, pero esto puede ser una característica estilística cultural.

Es importante notar que en este evangelio se toma muy en cuenta el hecho de que los rumores vuelan y que tornan las verdades en mentiras o medias verdades. También que parecería que es más importante el discípulo que el Maestro, porque ha adquirido la condición de inmortal. Es decir, con un rumor como este, la gente tiende a dar más importancia a la criatura que al Creador. Muchos cultos falsos comienzan de esta manera. Sucede en muchas ocasiones con actores, cantantes y otros íconos de la cultura popular, que al morir se tejen leyendas sobre su paredero. Este ha sido el caso de Elvis Presley, John F. Kennedy, Marilyn Monroe, Jimi Hendrix, Roberto Clemente, Bruce Lee, Michael Jackson. A pesar de que hemos visto sus funerales, sus cuerpos en la morgue en fotos, hay personas que siguen afirmando que viven en alguna parte y que no salen por mantener su privacidad. Pasó incluso semanas después de que muriera la princesa Diana de Gales. En varios rotativos de Inglaterra aparecieron leyendas de que ella no había muerto, que se había escondido para evitar a los paparazzi.

Seguramente Juan escribe esto para desmentir el rumor. Jesús no dijo que él no moriría, solo que Pedro no debía preocuparse por el destino del discípulo amado. Que no debía sacar de contexto lo que pasaba y que debía seguir con su trabajo de pastor de almas. En este mundo, cualquier cosa nos puede distraer de darle a Dios el culto que se merece. Podemos enfocarnos en cuestiones sin importancia, en rituales vacíos, en venerar y adorar personas en lugar de a Dios, en creer que Dios solo oye a algunas personas y a otras no dependiendo de su "importancia." Aunque muy corto, este evangelio abunda en un aspecto muy concreto del culto a Dios. Pensemos en esto muy profundamente.


 

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